jueves, 20 de enero de 2011

La Cueva de San Julián

En la vecindad de Ovalle está la Cueva de San Julián. En una ocasión se encontró un campesino con un antiguo conocido, el que lo invitó a una fiesta en una parte que él sabía. El campesino aceptó y de pronto el amigo sacó de un calabazo, de un mate, un unguento y se lo puso en las axilas. Le aconsejó que diera con él tres pasos hacia atrás y exclamara con él: Sin Dios ni Santa María; y salieron volando.
Llegaron a una cueva, la Cueva de San Julián, donde se celebraba una fiesta muy alegre y donde el campesino empezó a darse con personas que hacía algunos años habian desaparecido de este mundo. Se encontró con una amiga y comenzó a recordar gratos tiempos pasados.
A la mañana siguiente despertó en un escampado, molesto por el sol que estaba quemando y lo extraordinario es que estaba unido a una osamenta de vaca de huesos albos. Tenía sed y mal gusto en la boca y se acordó que antes de ir a la fiesta tenía unos dulces en el bolsillo y esta era la ocasión para servírselos, y al buscarlos se encontró que estaban convertidos en excremento animal.
Especial Leyendas y tradiciones de Chile, Diario La Cuarta.

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